Cuando deseamos conservar en buen  estado nuestra piel, sentirla confortable, verla radiante, con una apariencia de juventud eterna; recurrimos a la utilización de productos cosméticos en diferentes rutinas diarias de higiene. Puede ocurrir que si no hemos recibido un asesoramiento adecuado nos surjan dudas sobre si estamos usando el tratamiento correcto, según nuestro tipo de piel y edad. También sabemos que hay algunos productos que se deben usar en diferentes momentos del día para obtener un mejor resultado. Para tener la mejor respuesta de la piel hay que conocer como ésta funciona y acompañarla según sus ritmos biológicos o ritmos circadianos.  El reloj biológico de nuestro cuerpo es controlado a través de la información genética, que está localizada en los cromosomas dentro de las células, en el ADN. Las oscilaciones circadianas son muy sensibles en función de las variaciones de parámetros físico-químicos como son la temperatura, la presión, la presencia de radiación solar, etc.  La cronobiología aplicada a la piel da la posibilidad de diferenciar las cremas de uso diurno y las cremas de uso nocturno.Ahora sabemos que piel funciona obedeciendo la sincronizada biología horaria o ciclo circadiano, que regula las funciones metabólicas según sus picos máximos-minimos durante las 24hs. De este modo se puede organizar correctamente el uso de distintos productos y sus funciones correspondientes. Como premisa fundamental tenemos que saber: De Día se realiza hidratación y protección frente a la agresión ambiental. De Noche, se promueve la reparación celular, ya que es cuando se da la máxima actividad metabólica.